Día del Misionero

La elección de la fecha obedece al fallecimiento de San Francisco Solano, acontecido el 14 de julio de 1610 en Lima, Perú, diciéndose que en el mismo momento de su óbito, sonaron “misteriosamente” las campanas en el convento de Loreto, en Sevilla, donde estudió Filosofía y Teología.
San Francisco Solano fue un sacerdote canonizado en 1726 por el Papa Benedicto XIII, este sacerdote en vida también era llamado “taumaturgo del nuevo mundo” (aquel que hace milagros con el poder de Dios), debido a la cantidad de prodigios y milagros que le fueron atribuidos para la época.
Un misionero es aquella persona cristiana que decide salir de su hogar para llevar la palabra de Dios a sus prójimos, con el propósito de evangelizar a las personas.
En épocas pasadas eran los monjes quienes se adentraban a territorios desconocidos para evangelizar y fundar asentamientos de misiones. Durante la época colonial los misioneros se encargaban de construir asentamientos en las zonas más alejadas de los centros cívicos, y de evangelizar a nativos.