Según la tradición: ¿Qué día se debe desarmar el arbolito de Navidad?

Actualidad 08 de enero de 2023 Por La Lupa Medios
Cada 8 de diciembre se arma el arbolito de Navidad, sin embargo el día de desarmarlo suele generar confusión y discusiones. Conocé cuándo es y por qué.
Árbol de navidad

Ya comenzó el 2023, se acerca la llegada de los Reyes Magos, y muchas personas se preguntan qué día se desarma el arbolito de Navidad. Y es que a pesar de que es una costumbre armarlo el 8 de diciembre, conocida como el Día de la Virgen, el momento de volver a guardarlo genera confusión.

Hay quienes lo desarman el 1 de enero, una vez terminado el año pasado, otros que esperan hasta la llegada de los Reyes Magos el 6 de enero, por lo que se trata de un momento que suele causar discusiones. La realidad es que, según la tradición, la fecha correcta para desarmar el arbolito es el 8 de enero, exactamente un mes después de su armado.

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¿Por qué se arma el arbolito de Navidad?

Se trata de una tradición que dura un mes, desde el 8 de diciembre al 8 de enero siguiente. Según se conoce, para los celtas la fecha de su armado está relacionado con el nacimiento de Frey, dios del sol y la fertilidad.

Pero esta fecha también coincide con el día de la Inmaculada Concepción de María, aunque la festividad católica no tiene relación con el armado y decoración del arbolito. Sin embargo, se adaptó a esa historia y al nacimiento de Jesucristo.

Así es como el árbol original nació como una representación del amor de Dios y su forma triangular se asocia a la Santísima Trinidad, y la decoración que hoy se ve también tiene su sentido. Las pequeñas pelotas de colores simbolizan las manzanas del paraíso que habitaron Adán y Eva antes de cometer el pecado original; mientras que las luces representan velas, la luz de Cristo, el vínculo de unión entres las familias y las personas.

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En Argentina, un relato popular expresa que en 1807 comenzó a armarse el arbolito de Navidad, luego de que un irlandés traslade este hábito a nuestro territorio, decorando un pino en una plaza pública, de acuerdo a la costumbre de su país de origen.

Sin embargo, hay otra historia que dice que fue el teólogo Martín Lutero quien en 1500 se asombró por cómo el brillo de las estrellas resplandecía en los árboles de un bosque por el que caminaba, cortó una de las ramas y la atesoró en su casa.

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