Un enfermero del Hospital Español de Rosario abusó sexualemente de una paciente internada, piden 9 años de prisión

La mujer de 45 años fue internada para ser intervenida quirúrgicamente. La paciente fue sedada y abusada dentro de una habitación del nosocomio. El enfermero acusado del hecho tiene 31 años y está detenido desde hace dos meses y afronta un pedido de pena de 9 años de prisión por el delito de abuso sexual con acceso carnal.

24/08/2022 La Lupa Medios La Lupa Medios
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Un enfermero que está detenido desde hace dos meses fue imputado por abusar de una paciente internada en un hospital privado de Rosario, afronta un pedido de pena de 9 años de prisión por el delito de abuso sexual con acceso carnal, según la acusación y requisitoria de elevación a juicio que formalizó la unidad fiscal de Delitos Sexuales del Ministerio Público de la Acusación (MPA) de Rosario.


Una mujer de 45 años atravesó momentos de extrema angustia, a fines del mes de abril, dentro de una habitación del hospital Español de Rosario, donde había llegado por un cólico renal. Allí, un enfermero la sedó y aprovechó esa circunstancia para someterla sexualmente dentro del baño.

  

El médico especialista que ya la trataba ordenó estudios, y en base a ello había decidido intervenirla quirúrgicamente al otro día. Apenas la derivaron a la habitación 126, un enfermero se presentó para colocarle la medicación y prepararla para la cirugía.

Según describió la paciente, el profesional se mostró amable y le hacía chistes. Al rato, volvió a la habitación para controlarle la medicación (que solo eran calmantes o suero), y en caso de mucho dolor una mínima dosis de morfina. Pero nunca recibió la indicación de higienizarla en la zona vaginal o realizarle algún tipo de asepsia.

A las 23, M. quería ducharse. Se levantó de la cama como pudo con las vías puestas y caminó por el pasillo unos metros para solicitar un toallón. En una oficina estaba el enfermero con una colega. El hombre le respondió que no lo tenía en ese momento pero se llevaría en unos minutos.

Luego, el enfermero entró a la habitación, la mujer agradeció y le preguntó cuál era la perilla del agua caliente. El asistente señaló el lugar y le colocó un inyectable, que supuestamente era una pequeña dosis de morfina, según la denuncia.


Al cabo de unos segundos volvió a colocarle la misma droga. “Me sentía un poco mareada, pero consciente”, narró la paciente. Siempre de pie, ingresó al baño, se sacó la bata y cuando estaba por ducharse, él ingresó. “Me dijo que me iba a ayudar, pero le dije que no, que le agradecía, que yo podía sola”, recordó.

Sin embargo, él se quedó en el baño. “No tenía cómo pedir ayuda y me sentía muy débil. En ese momento este muchacho se acerca y me toca. Yo reaccioné y le pregunté qué hacía, pero en ese momento respondió que «me estaba ayudando»”.

En ese instante el hombre aprovechó para concretar el abuso. La mujer rogó que la dejara salir. Habían pasado 20 minutos de terror. Como si nada, el enfermero la acompañó hasta la cama y se retiró. La mujer quedó acostada, absolutamente shockeada.

Aturdida, M. logró comunicarse por teléfono con su hija, a quien le contó lo ocurrido.

Como si nada, el enfermero volvió a ingresar a la habitación mientras la paciente simulaba haber cortado la llamada, pero la línea estaba abierta y su hija escuchó parte de la conversación. En esa instancia, y con la excusa de higienizarla, otra vez la abusó. Al rato llegó la hija, que halló a su madre sentada en el inodoro llorando desconsolada.


La gravísima denuncia es parte de un legajo que investigó el fiscal de Delitos Sexuales Ramiro González Raggio, que consolidó evidencia para probar el hecho. Fundamentalmente fue ratificado y confirmado a través del relato de la víctima.

Pero además se sumaron las declaraciones de la hija, y testimoniales de supervisores y directivos del hospital. También se sumó un informe médico en el que se detalla una lesión en la zona genital de la mujer.

El 30 de mayo el fiscal convocó al enfermero, identificado como J.L.E.B, de 31 años, a una audiencia imputativa en el Centro de Justicia Penal (CJP). Y ante la jueza, Paula Alvarez, le endilgó el delito de “abuso sexual con acceso carnal sin consentimiento libre de la víctima”.

Para González Raggio, el imputado aprovechó la sedación de la paciente para ingresar al baño de la habitación y realizarle “tocamientos en partes íntimas y accederla carnalmente”.

Tras rechazar un pedido de libertad de la defensa, la jueza aceptó el encuadre fiscal y ordenó que el acusado quede en prisión preventiva por 120 días.

Con la investigación concluida, la semana pasada la fiscalía formalizó ante la OGJ la acusación, con la calificación legal y el pedido de pena, lo cual conduce al caso al juicio oral y público.

En ese instancia solicitó para el enfermero la pena de 9 años de prisión de ejecución efectiva por el delito de “abuso sexual con acceso carnal en calidad de autor”.

Ahora se espera la audiencia preliminar para que la defensa y la fiscalía expongan las pruebas del futuro de debate oral.

Fuente: La Capital 

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